Se estima que más de 600 millones de personas al
día van a la playa en los meses de verano, y la gran
mayoría de ellos entra al agua para nadar o simplemente para refrescarse durante las horas más calientes. Un número menor, pero aun significativo, transita en los acantilados, tanto por sus características
paisajísticas, como por ser la entrada a playas menos
frecuentadas.