Mujeres durante cuatro días
Abstract
Promediando las seis de la tarde, en su salón de belleza, Yelitza Coronado maquilla a Víctor Manuel Flores. Poco a poco las sombras de ojos, la pestañina, el rubor y el lápiz para cejas lo transformarán en una enfermera coqueta y presumida. Cada vez son menos los hombres que saben disfrazarse de mujer en el Carnaval de Barranquilla. La mayoría tiende a sobrepasar los linderos del respeto y lo que trasmiten es una parodia vulgar de lo femenino. El que se disfraza debería conocer muy bien el personaje que busca representar. De cualquier manera, el disfraz no invita a violentar a nadie; más bien es un llamado a levantar el estado de ánimo por la llegada de la fiesta.
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