La concepción de una unidad curricular que aborde la ética como un componente esencial en la gestión de
organizaciones educativas, está asociada a la definición de una visión estratégica centrada en lo axiológico
y en la configuración de un perfil orientado a la generación de capacidades para la competitividad y el
empoderamiento de las organizaciones educativas, así como la planificación y gestión de sus relaciones con
los otros sectores, comunidad organizada, gobierno y productivo.